El reloj sentencia el tiempo,
sus punteros marcan el momento
y este corazón sonlocado
muere lentamente por ti en mi silencio,
cuanto cuesta no tenerte
si eres una rosa en el jardin de mi mente,
cuanto cuesta este amanecer y sentirte lejos mujer...
dime, solo dime quien disfruta del calor de tus labios
aquellos que creí olvidados
y hoy forman parte del no tenerte,
solo dime reina mía quien es el dueño de tu sonrisa ,
manantial de vida
que seduce mi corazón dejándolo en plena armonía,
solo dime amor donde estas...
que mi alma muere en esta cruel soledad.
Gabriel Gustavo Cocconi
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