MIRANDO CON LOS OJOS DEL ALMA

MIRANDO CON LOS OJOS DEL ALMA
GABRIEL GUSTAVO COCCONI

miércoles, 15 de enero de 2014

CUIDADO!!!



CUIDADO!!!

El hombre se quejaba de su trabajo, claro con un empleo poco remunerado se le hacia imposible sostener a su familia.
Sus hijos no entendían el significado del dinero; y cada día exigían un poco más.
A cambiado este mundo de hoy tal vez en el ayer le restábamos importancia a la tecnología y éramos felices con tan poco…
Papa quiero que me compres un juego nuevo, el de la propaganda de la TV,
También quiero me regales zapatillas nuevas, mis amigos la tienen, a y no te olvides de lo que te pedí la semana pasada.
El hombre se vio inmerso en una nube de tristeza, cada hijo le demandaba cada día mas, el dinero se hacia escaso, los gastos del hogar aumentaban, la crisis se reflejaba en un hogar el que ayer fue fruto del amor.
No dudo en solicitarle a su empleador mas horas de trabajo, desconociendo lo que el destino le tenía preparado. El hombre fue enfermando, la situación le gano la partida.
Un hombre que no supo como enfrentar la vida.
Que les diría a sus hijos?
Como se lo contaría a su esposa?
Poco tiempo transcurrió para que su familia se enterara de su grave enfermedad,
Sus cinco hijos abrazaron a su papa con lágrimas en los ojos, quien podría cambiar esta cruel y dura realidad…
El más pequeño de cinco años, tomo la mano de su padre y le dijo en voz firme:
Papa venderé todos mis juguetes, y así con dinero en mis bolsillos podré comprar la medicina para que puedas sanar.

“Podré aguantarme sin mis juguetes, pero no podré vivir sin tu amor”.


Vivimos en un mundo materialista, los tiempos han cambiado en demasía y para mal. Los hijos son el tesoro mas divino que Dios nos ha prestado, vosotros también estamos de paso en este mundo, pero trabajemos para vivir, y no vivamos para trabajar, la familia nos necesita, y no podemos tapar un vacío en desamor con dinero. La presencia es lo primordial.
Ama y serás amado
Vive en plenitud, disfrutando lo precioso de la vida…
Nadie tiene un boleto comprado hacia la eternidad.


Gabriel Gustavo Cocconi
Córdoba-Argentina

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