MIRANDO CON LOS OJOS DEL ALMA

MIRANDO CON LOS OJOS DEL ALMA
GABRIEL GUSTAVO COCCONI

domingo, 19 de enero de 2014



El amor de una madre

Hoy me desprecias te has marchado lejos y me criticas que he frustrado tu camino, que tus pasos fueron atados por mis palabras y que nada se de la vida…

Querida hija mía, te has marchado de mi lado para nunca mas volver, claro el destino tal vez te llevo a huir de mi lado haciendo un velero en el mar de mis lagrimas que contemplaron tu partida en la carta que dejaste.

Si tan solo supieras que lo hice por tu bien, que cada uno de mis reproches, eran las respuestas a mí equivoco del ayer, si te frustre fue porque no deseaba que pasaras lo mismo que yo sufrí en el pasado…

Querida hija te has marchado para no volver jamás, así rezan tus palabras, mientras al leerlas una de mis lagrimas mancha la tinta de aquella lapicera que despreciaba mi persona en un par de letras que desconocen de mi sacrificio, del amor de una madre, del dolor del ayer, del costoso camino en el cual entregue el sudor de mi frente.

Hija mía hoy me dices que me odias porque a tus dieciséis años impedí que salieras con jovenzuelos que solo querrían aprovechar de un amor ficticio en el cual tu creías y confiabas, pero yo…yo tu madre Salí a tu defensa y los eche de casa, mientras tu llorabas en el desconsuelo gritándome que ya no me querías.

Hija mía te has marchado de este hogar, del amor de esta madre que hoy llora tu ausencia, me cambiaste por un joven haciendo recordar mi pasado, cuando creí en el príncipe azul y huí de mi hogar para resguardarme entre sus brazos, pero al quedar embarazada de ti, aquel príncipe solo fue un sapo que se perdió entre las alcantarillas y me dejo sola, sin afrontar los errores de una juventud que se me escapaba entre los dedos.

Hoy me dices que soy una madre anacrónica, y te despides para siempre dejando en mi corazón una impronta que me hace doler el pecho y trae a mi alma tantos recuerdos,
Aquellas noches de desvelos cuando la fiebre no bajaba, cuando saque de mi boca el pan para que a ti nada te faltara, cuando enviarte a las escuela era imposible, pero luche para darte un futuro mejor y me dices que soy una madre atadora!!!

Hija mía, mi amada pequeña, has crecido es verdad, pero quiero que sepas que por mas decisiones que tomes, aquí tendrás una puerta abierta y el amor de esta madre que siempre te esperara detrás de la puerta para recibirte.
Pues ayer aquella quien fue mi madre cuando te llamo a ti, mi gran error jamás me recibió y me hecho para siempre.

Aquí estaré siempre esperándote, no fui una madre anticuada, simplemente fui y seré una madre que quiere lo mejor para ti.

Gabriel Gustavo Cocconi
Córdoba-Argentina

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