MIRANDO CON LOS OJOS DEL ALMA

MIRANDO CON LOS OJOS DEL ALMA
GABRIEL GUSTAVO COCCONI

domingo, 26 de enero de 2014

Una historia triste para tomar conciencia



El hombre parte de su hogar rumbo a su trabajo,
El día se presenta distinto, si bien el clima es ameno, con un sol radiante que ilumina sus pupilas, por dentro de este señor corre un río de amargura, de tristeza, de una aflicción que envuelve el alma y no le permite hallar la paz, aquella claridad con la cual el día se convierte en un manantial de bienaventuranza.

Toma su bolso el se halla mas cargado que nunca…
Aunque sus pertenencias son las mismas, el peso se hace sentir en sus hombros, tal vez las cargas y el desanimo han hurtado sus fuerzas.

Quizás la vitamina del amor a la que acostumbraba tomar le jugo una mala pasada.
Todo aconteció la noche anterior, una discusión familiar sin sentido, lo llevo a descansar en la incertidumbre de una fastidiada almohada.
Claro en una discusión creemos tener la razón, todos son culpables, nosotros somos los victimarios. Sin tomar conciencia que a veces este tipo de discusiones afectan la paz, la paciencia y el amor que un día fue el anfitrión del ceno del hogar.

Una discrepancia, una idea diferente lleno de ira a este hombre el cual no se despidió de su mujer, mucho menos de su hijo de ocho años, y se dispuso a enfrentar su día solo, con su bolso cargado de rencor, su compañero.

Al cruzar la calle es asaltado, encontrándose al borde de la muerte; pues un infarto fue el producto de esta maniobra que mal vivientes le regalaron.

Pasaron unas cuantas horas el hombre despierta en el nosocomio, y piensa en su esposa e hijo, en que hubiera pasado si el no hubiera regresado a la vida!!!

Nunca mas tendría la oportunidad de decirles; los amo, ustedes son la vitamina de mí transitar.
El pensamiento se interrumpe, su familia ha llegado abrasándose fuertemente dejan atrás todo rencor, toda discrepancia y se funden en el mas precioso amor.

El hombre con lágrimas en sus ojos les expresa Nunca mas partiré de casa enojado, casi otras personas se llevan mi vida y nunca más hubiera podido decirles cuanto les amo.

NO SALGAS DE TU CASA ENOJADO CON QUIENES AMAS, LA VIDA A VECES NOS SORPRENDE, Y OTRAS TANTAS LA MUERTE SE LLEVA EL SILENCIO DEL ENOJO.


Gabriel Gustavo Cocconi
Córdoba-Argentina

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